Los vínculos interpersonales han ido evolucionando conforme pasa el tiempo. Actualmente, la amistad verdadera resulta difícil de conseguir, de hecho, compartir, pasar tiempo y divertirse juntos no significa amistad para nuestros días; el concepto es totalmente distinto, al punto de confundir conocidos con amigos.
Para muchos, un amigo es con quien se tiene la confianza suficiente como para confesarle hasta el secreto más recóndito, con la seguridad de que no emitirá ningún juicio negativo o hará burlas al respecto. Por supuesto, tener un amigo significa contar con alguien para ser escuchado, alguien con quien compartir los fracasos y las victorias, disfrutar juntos y vivir alegrías sin dejar de lado los momentos difíciles donde todos necesitan apoyo y compañía.
Contar con un amigo es:
- Tener suficiente confianza como para llegar a cualquier hora a su casa con un problema de cualquier magnitud
- Tener la libertad de confesarle algo por tener la seguridad de que lo va a comprender
- Hablar con él sobre temas muy íntimos y personales sin sentirte juzgado
- Contar con la seguridad de no ser juzgado ni recriminado
- Tener la certeza de no ser delatado
- Disponer de ayuda incondicional en cualquier momento
- Tener un apoyo frente a cualquier situación
- Saber que tendrás una mano tendida hasta en las peores situaciones
- Tener a alguien que te escuchará, aunque tenga sus propios problemas
- Ser consciente de que la amistad se mide por la empatía y lealtad, no por un regalo costoso
- Contar con alguien para hablar cuando estás sensible
- Tener un tesoro que no tiene precio y que no se consigue a diario
Entonces bien, tener un amigo es toda una fortuna. Pero, para tenerlo también hay que ser un amigo y prestar el apoyo incondicional en todo momento, sin esperar nada a cambio, donde la única recompensa es la facilidad y alegría de tu amigo.
Muchas veces se da por sentado que se está siendo buen amigo, sin embargo, siempre se debe repasar en qué punto está la amistad y si realmente está siendo un verdadero amigo. Por supuesto, no basta con suponerlo, siempre es necesario una llamada para saber cómo está y cómo se siente, una charla cotidiana puede reparar un día con dificultades.
Un amigo puede estar en cualquier sitio, desde un jefe, un conocido, un hermano, esposo, hijo, etc. Pero, el vínculo debe cimentarse en la lealtad y empatía mutua, es una labor voluntaria que implica esfuerzo y valentía para ser parte del círculo más cercano de otra persona.